miércoles, 26 de noviembre de 2008

La cruz de la clase

Creo que todos hemos visto la denuncia que han puesto unos padres de Valladolid para que se quiten los crucifijos de las aulas del colegio y como de hecho un juez les ha dado la razón.

También hemos visto como se ha abierto un debate a gran escala sobre este asunto, por eso no queriendo ser menos me voy a sumar al debate.

Lo primero que hay que decir es que no tengo nada en contra de ninguna religión como decisión espiritual de cada uno y respeto profundamente las creencias que cada uno pueda tener. Sin embargo si que lo tengo en contra del fundamentalismo, palabra que parece siempre ir unida a la religión musulmana pero que cada vez más podría asociarse al catolicismo.


Resulta según la Iglesia y sus acólitos, (y no me refiero a los feligreses) que lo que perdemos al quitar la cruz de las aulas es la educación en lo trascendental y espiritual, también perdemos valores históricos y lo que es todavía mejor y según palabras del propio Arzobispo de Toledo “la sociedad está enferma” y “se denota una cristofobia que, en definitiva, es el odio a sí mismos”.

En primer lugar, lo que hace la sentencia es poner en práctica lo que se escribió en la Constitución Española hace 30 años a cerca de la laicidad del Estado, es decir, no puede mostrarse en lugares públicos (entendidos como pertenecientes al estado) ningún símbolo religioso.

En segundo lugar y a riesgo de parecer intrascendente o aespiritual (creo que esta palabra me la estoy inventando) he de decir que el que quiera saber de religión que se eduque en su casa o en la catequesis, que para eso está.

En tercer lugar y por hacer una crítica suave de la hipocresía de la Iglesia Católica señalar que no es muy creíble que unos señores que presuntamente promulgan la humildad y luego viven entre oro y coches de lujo, me pretendan educar en valores.



En cuarto luegar, teniendo en cuenta que la Iglesia tarda en reconocer unos cuantos siglos lo que la ciencia va admitiendo poco a poco, veánse Copérnico o Galileo entre otros, no creo que sean quienes para enseñarme algo de historia.

En cuanto a que la sociedad está enferma estoy de acuerdo, aunque no por los motivos del señor Antonio Cañizares, pero a esta enfermedad contribuye en gran medida la Iglesia Católica. Si tomamos enfermedad como una patología real simplemente señalar la política que tienen con respecto al uso de preservativos (política que de hecho los curas y monjas que andan en misiones muchas veces ignoran y bien que hacen). Si tomamos enfermedad de la sociedad que le faltan valores y que andamos siempre peleando unos con otros, podríamos decir que la actitud del señor Rouco Varela llamando a la desobeciencia civil o a que se incumplan sentencias de jueces, no fomentan mucho la paz entre hermanos.


Por último decir que yo al menos no tengo cristofobia, si Jesús existió yo lo considero el primer socialista de la humanidad, con valores de tolerancia, igualdad y solidaridad. Como dice una canción de Ska-P fue “El primer hippie de la humanidad”. No señores, no tenemos cristofobia, lo que no nos gusta es lo que han hecho con el mensaje, lo que han retorcido los valores para tomar el poder y la intolerancia que practican.

Como despedida de esta tediosa parrafada creo que es importante señalar que en realidad este es un debate estúpido, a la gente normal no le importa si hay un crucifijo en la pared o no lo hay. Yo personalmente no los quitaría, lo que propongo es una composición con una estrella de david, un crucifijo, la media luna musulmana, una escuadra y cartabón masónicos, un ying/yang budista, un ohm hindú, un el símbolo del ateismo y un triskel pagano. ¿Así estaríamos todos contentos?


sábado, 22 de noviembre de 2008

Jungle Speed


Como no se me ocurría nada trascendental de lo que hablar voy a contaros lo que para mi fue un gran descubrimiento en el mundo de los juegos de mesa.

Gentecilla, se acabó el tirar dados y mover fichas, con unas poquitas cartas y un cacho de madera unos franceses se han currao un juego que vicia mucho y convierte hasta a la más apacible de las personas en un peligro con patas.


EL juego es el JUNGLE SPEED, y consiste en ir sacando por turnos unas cartas y cuando coinciden dos con la misma forma ir lo más rápidamente posible (con la misma mano con la que sacas la carta) a coger el ansiado cacho de madera (más conocido como totem). Parece una chorrada verdad? pero es que las jodías cartas se parecen un montón, además hay algunas cartas especiales que complican la cosa, concretamente la que hace que también funcione el color para ir a por el totem.

Si no habeis jugado os lo aconsejo y si lo habeis jugado sabeis de lo que hablo y probablemente vuestras manos no hayan vuelto a ser las mismas después del juego. Os recomiendo regalarlo estas navidades, y no, no me pagan por hacer publicidad, pero tengo taaaaaaaaaaanto vicio...

Como anécdota final deciros que a parte de arañazos y contusiones en las manos he llegado a ver un labio escoñao jugando a esto (y no fue por una pelea)... No parece muy atractivo diciendo esto, pero lo que ocurre es que despierta los más bajos instintos de competitividad que tenemos todos.

Presentando

Buenos días a todos, resulta que estaba mirando el correo y algún que otro blog de algún amigo y me he dicho: "vamos a hacer una cosa de estas que teniendo en cuenta lo que me gusta a mi oírme seguro que a otros también les gusta".

Y así ha comenzado esto, sin un motivo concreto y con un título en honor a mi madre y a una de sus obras de reconstrucción de muebles. Espero que os guste y si no, la verdad es que tampoco me va a provocar una úlcera.